La publicidad invasiva es una puta mierda, lo sabemos y lo afirmamos todos, y aunque parece que la administración de la web se ha echado atrás en semejante cagada, o al menos yo no la sufro tanto como la semana pasada, está claro que hay que mantener de algún modo el coste de lo que utilizamos.
No vale la pena insistir en la paradoja, pero es imposible no reírse al pensar que en una comunidad tan defensora del socialismo, de lo común, de los impuestos y de lo público haya tanto partidario del bloqueador de anuncios, que no es otra cosa que un modo pulcro y tecnológico de no contribuir con la comunidad y buscaer luego un pretexto, o una razón, tanto da, para escurrir el bulto. Y mientras no pones lo tuyo en una cosa tan pequeñita, sueltas una soflama sobre los que evitan el IVA de una factura o esconden los ingresos de una rifa. Eso es para algunos la izquierda social, joder.
En mi caso, que detesto la publicidad como el que más, he encontrado una solución que me parece satisfactoria y que podría servir de término medio si la llevásemos a cabo una parte sustancial de la comunidad: todos los días hago click en un par de anuncios de los que salen en Menéame. Siempre en los laterales, que molestan menos para dar a entender a alguna maquinita, en alguna partem, que esos anuncios funcionan mejor.
Entre todos no nos cuesta nada, pero nada, que haya ocho o diez mil clicks diarios, y con eso podríamos fuinanciar un poco el saco este donde pasamos el rato y hasta esperar luego ciertas mejoras, o simplemente ayudar a que los dueños no piensen en algún modo de vender la choza.
¿Tan difícil es hacer un par de clicks a dos anuncios? Uno al entrar, otro al salir, y otro sobre una empresa que nos toque los huevos, para sacarlae tres céntimos. Venga, joer, que luego decimos que los medios se venden por un tazón de arroz y no somos capaces de un sacrificio tan birrioso como eso para otorgarles un mínimo de independencia.
Hoy le ha tocado al BBVA y a una empresa de patinetes. Enhorabuena a los ganadores. ;-)