Una de las peculiaridades de la guerra en esa zona del mundo es que a finales de marzo, y hasta mediados de mayo, se impone un descanso, una especie de intermedio en la película para ir al baño o a la nevera. Y además, no es una tradición ni una cuestión histórica: es que por cada cucharada de lluvia, en Ucrania se produce un caldero de barro, y eso es válido también para el deshielo.
Así que, más o menos, y dependiendo del año, quedan tres semanas de guerra. Pongo un mapa, cuya fuente es @Suriyak, para que veamos cómo anda la cosa a día de hoy. Yo soy de la opinión de que habrá leña más al norte, en el río Oskil, una zona que ya no sale en el mapa, pero bueno... Da igual.
En este mapa se ven perfectamente tres ciudades: Konstantinivka, Pokrovsk y Vuhledar. Ahí es donde están ahora las defensas ucranianas más serias, y donde supongo que seguirán a cañonazos todo este tiempo que el barro impida cualquier avance o retroceso. Por tiro al blanco. Por deporte. Por echar en remojo los objetivos futuros.
Escribo este artículo para deciros a todos los interesados en el tema que será raro que haya movimientos, aunque puede haberlos, y que si no los hay no es porque las fuerzas se hayan igualado o por cualquier mierda que nos cuenten los propagandistas de uno u otro lado. Se trata de un puñetero Apocalipsis de barro.
Imaginaos a estos pobres desgraciados de los años cuarenta, ochenta años después y con un vehículo que pesa veinte toneladas...
Pues lo que pasa es eso. Y ya.
Si los rusos y los ucranianos consiguen verse en el frente, más allá de las pantallas de los drones, intercambiarán tabaco por café, como toda la puta vida, o puede que alguna cosa más, porque hablan el mismo idioma, o casi. Como ya sabéis, los intercambios de todo tipo de cosas en nuestra guerra civil fueron legendarios, así que tampoco nos tiene que extrañar esto.
La cuestión es qué va a pasar a mediados de Mayo o principios de Junio. Saberlo, no lo sabemos ninguno, pero este es el momento de estar atentos a las noticias, no para leer su contenido, sino para juzgar su tono.
El otro día, por ejemplo, un exempleado de la banca Rotschild nos dijo que si los ruusos atacaban Odesa o Kiev, sería el momento para mandar tropas. Bien. Ya sabemos a ciencia cierta lo importante que es Odesa. Lo suponíamos, la mayoría, pero ahoran lo sabemos.
Hace poco, un candidato a presidente de los EEUU, gagá habitualmente, se volvió repentinamente lúcido para decirnos que Putin no podía ganar.
Llevamos ya dos albonazos.
Bien, pues veamos lo que nos cuentan cuando la guerra se pare por el barro. Veamos lo que el barro produce, porque de momento no pinta bien.
No sé para vosotros, pero para mí, lo más importante es que no nos metan a los demás. Y eso es lo que está en juego.