Marc Cucurella sale hoy en dos titulares que comparten dos cosas: marcas de lujo y precios de los productos. En Abc "El Mercedes de 300.000 euros que tiene". En El Mundo "el bañador que lleva es de Louis Vuitton y vale 720 euros." Yo veo esto y encuentro el patrón, como cualquiera haría, son publirreportajes donde asociar su marca a alguien famoso y respetado. Leo los artículos en modo rápido y ajá, descarado, incluyen una descripción detallada de los productos elogiándolos, convirtiendo a Marc Cucurella en hombre anuncio sin él comerlo ni beberlo.
¿Que por qué me interesó esta cosa tan aburrida como marcas pagando anuncios encubiertos? Fácil, la ultraderecha de Twitter en tromba ha salido a criticar a ambos periódicos por "perseguir a los futbolistas por orden del Psoe" y "qué importa lo que cueste." A ver, para los primeros menuda obsesión se gastan que los ciega y para los segundos que recalcan el precio porque es un anuncio. Simple. Observen las respuestas:
twitter.com/elmundoes/status/1813963319629226160
Ah, lo divertido es que estos anuncios publicitarios no van dirigidos a los que protestan sino a otra clase de lectores muy por encima de ellos en lo social y económico. Resulta que estos despotricadores de ultraderecha defienden los intereses de esos que pueden comprar el bañador y el coche. Y no se dan cuenta