Desde mediados de los 2000, Etiopía se ha lanzado a una carrera desenfrenada en pos del desarrollismo. Plan quinquenal tras plan quinquenal – el primer Growth and Transformation Plan es de 2005 -, en menos de una década ha construido 12.000 kilómetros de carreteras, triplicado la capacidad de generación eléctrica del país, y está en camino de reducir las tasas de pobreza extrema a la mitad. Otros hitos muy recientes, convenientemente explotados por la propaganda gubernamental, son la autovía de seis carriles o la futura Presa Gibe III.