Escogimos microorganismos que pueden desarrollarse en ambientes casi tan extremos como las zonas polares del planeta rojo. Entre ellos, tapetes de cianobacterias, agrupaciones de microorganismos capaces de vivir en las zonas más extremas del continente blanco. Los introdujimos en el simulador MARTE con la esperanza de que el hielo que se formaba en la superficie las protegiera de la radiación extrema y, al mismo tiempo, su transparencia permitiera que realizaran la fotosíntesis.