Hemos logrado lo que parecía imposible y en tiempo récord. Los inversores ya reciben menos por comprar nuestros bonos que lo que reciben por comprar bonos de la primera potencia económica mundial y además lo hemos logrado con una tasa de desempleo superior al 25% y en donde el buscado cambio de modelo económico español parece que se basa en pasar de poner ladrillos a exportar gente hacia el resto del mundo, en seguir con un déficit descontrolado, en rescatar bancos y autopistas y en seguir aumentando nuestra deuda miles de millones al año.