En los últimos meses el exilio se ha banalizado bastante, sobre todo en Catalunya. Puigdemont y el resto de políticos independentistas injustamente forzados al exilio por haber apoyado el democrático derecho a la autodeterminación, lo han tenido fácil a nivel económico para irse. Podría irme intentando encontrar trabajo y mantenerme exiliado el mayor tiempo posible, pero he decidido quedarme, al menos por esta condena. Quién sabe si en el futuro escogeré el exilio forzado, pero por los motivos que expondré a continuación, no será ahora.