Una historia racista en el metro de Madrid. No es una historia más, es la demostración de una sociedad racista donde por fortuna aún queda gente decente. "Y a lo mejor, el problema no era que el hombre negro pidiera ayuda exactamente igual que el español de tres paradas más adelante. Lo mismo resulta que la cuestión determinante era el color de piel. Y uno se pregunta cómo se puede ser tan gilipollas y tan racista, porque si hay algo que me indigna es..." Publicado en
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