"Mi cultura es marroquí: en casa hablamos árabe, comíamos comida marroquí, yo soy musulmán practicante. Veía los partidos en Marruecos con mi padre, quien me contó mucho sobre los grandes jugadores del país. La primera convocatoria con Marruecos llegó cuando tenía 14 años, no tenía mucho en qué pensar. Posteriormente hubo contactos con España pero siempre me gustó jugar con la selección marroquí. Allí soy muy bien recibido, me siento bien allí. Una de las razones por las que vine a París es la comunidad árabe musulmana que hay aquí."