La economía de Argentina se encuentra en una situación extrema. Tras años de políticas desafortunadas, una inflación galopante y el deterioro del sector productivo, el presidente Javier Milei ha dado un giro de 180 grados, a las políticas dominantes hasta la fecha, para intentar revertir la situación. El problema es que esa 'terapia de shock' es muy dolorosa en el corto plazo y no garantiza el éxito, dado el estado calamitoso de las finanzas públicas argentinas y de la economía en general.