Desde principios de 2013, el euro se ha apreciado a pesar de que durante ese mismo periodo, las expectativas de tipos de interés para el dólar han ido elevándose, ampliando el diferencial frente a los tipos esperados para el euro, siendo constatable cómo la cotización del euro/dólar se ha separado de los valores que sugerirían las diferencias en las perspectivas de evolución económica entre EEUU y la Eurozona, plasmadas en los diferenciales relativos de tipos de interés, condicionante tradicional de la evolución del tipo de cambio.