El ateo práctico es mucho más peligroso que el ateo convencido o que el agnóstico: hablo de materialismo práctico, el de ahora mismo. El materialismo práctico es el cáncer de la Europa actual, antaño cristiana. Y tiene mal salida porque el caso es que nadie puede vivir como si Dios no existiera. Es una condenación, no en la otra vida, sino en esta. Un infierno en la tierra, por pura desesperanza. Pero mucho que temo que Juan Enrique no era mal profeta: la Europa de hoy vive como si Dios no existiera.