Un joven chino de 24 años falleció repentinamente en la madrugada del sábado, 14 de junio, mientras veía el España-Holanda en Suzhou (este del país). Otro hombre, de 51 años, murió de un fallo cardiaco cuando veía el mismo encuentro en la ciudad de Dalian (noreste). Este segundo fallecido fue futbolista profesional durante su juventud. El tercer caso se produjo un día después, cuando se disputaba el Uruguay-Costa Rica, durante el que murió un aficionado de 39 años que llevaba despierto tres noches consecutivas para poder seguir el Mundial.