Los centros de datos representan un negocio muy fructífero para algunas de las grandes compañías del sector tecnológico. En los últimos años, firmas de la talla de Amazon, NVIDIA y Microsoft han especializado parte de su plan de crecimiento en estas instituciones, ya que ofrecen la posibilidad de exprimir una vertiente cada vez más necesaria tanto para usuarios como para empresas. Y, por ello, la propia Microsoft ha realizado una inversión de lo más curiosa que ha alegrado a una familia de un pequeño pueblo de Wisconsin.
