Los dueños franceses de Séché Environnement adquirieron una empresa chilena dirigida por un ciudadano español. Los nuevos propietarios decidieron despedir a su par europeo, alegando que la nacionalidad española representaba un problema cultural insalvable para los nuevos propietarios, luego de lo cual pasó a ser dirigida por ejecutivos franceses.Este caso marca un hito en la historia judicial chilena al ser el primero de racismo y discriminación; por un lado, entre extranjeros, y por otro, en contra del consejero delegado de una trasnacional