No se presentó al acto de conciliación el 16 de marzo, ni tampoco fue localizada a finales de la semana pasada cuando dos agentes de la Guardia Civil aparecieron en “Cantora”

Un quiosquero de la localidad valenciana de Torrent ha reconocido los hechos de los que se le acusaba y ha dado su conformidad para una condena de diez años y medio de prisión por abusos a menores y grabarles en la trastienda de su establecimiento y otros espacios, según consta en el fallo que el tribunal ha dado por firme con el consentimiento de Fiscalía y defensa.

Una quiosquera de Buenos Aires se estira para alcanzar un producto de un estante y un sujeto aprovecha para apoyar su cuerpo contra el de ella. Sorprendida por la actitud, la mujer responde con un tortazo, aunque el sujeto se retira del local con absoluta tranquilidad. Días después, el hombre reapareció y se enfrentó con varios vecinos que intentaron lincharlo. "Yo no le hice nada. No me arrepiento. Solamente la apoyé y nada más. Está todo grabado." Aún así, el hombre terminó con la nariz rota producto de la gresca con la turba.

Los ruteros y los quiosqueros son el último eslabón de la prensa de papel que desde hace más de una década vive en permanente crisis. Relacionada: www.meneame.net/story/repartidores-prensa-continuan-huelga-tras-detenc

Jueves, 11 de marzo de 2004 Circulaba por la C58, camino del trabajo, cuando la emisora que tenía sintonizada informó de una explosión en la estación de Atocha. Durante la media hora que duró el trayecto, la noticia se fue concretando hasta hablar de explosiones en 4 trenes de cercanías, alguno de ellos aún lejos de la estación. Las víctimas ascendieron a 193 muertos y casi 2000 heridos. El gobierno, con las elecciones generales a tres días, dio por buena la sospecha de que el atentado era obra de ETA y echó el resto para defender una autoría

La voz de alarma la ha dado la propietaria de uno de los quioscos de la ciudad gallega de Vigo. Los responsables de los quioscos de nuestro país han declarado la guerra a los editores, denunciando las graves presiones a las que están sometidos por parte de las distribuidoras. Tal y como se explica a través de una petición a través de change.org, los propietarios de quioscos están sometidos a un duro corsé impuesto por los editores y que asfixia la economía de sus negocios.