Maria Lvova-Belova, criminal de guerra rusa con una orden de detención del Tribunal Penal Internacional, concedió una entrevista y llevó consigo a un adolescente ucraniano al que "adoptó" (léase: secuestró) en Mariupol."¿Dónde sobreviviste cuando comenzó la terrible destrucción y el incendio en Mariupol?" - le pregunta el propagandista al chico, como si la destrucción de la ciudad hubiera sucedido espontáneamente y no a causa de terroristas rusos.