El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha sido recibido este lunes en el Gran Teatre del Liceu con una contundente pitada, en uno de sus primeros actos públicos desde que ocupa el cargo. El nuevo alcalde de la ciudad ha asistido a la celebración de los 30 años de la Escola de Músics del Raval y, cuando ha sido presentado para que subiera al escenario a pronunciar un discurso, el público le ha recibido con un fuerte abucheo y algún tímido aplauso.

Quien tuvo, retuvo. Así se puede definir el comportamiento de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) que, aunque oficialmente ha querido cambiar de nombre y pasar a llamarse Partit Demòcrata Europeu Català (PDECAT), hoy se mueve en la ambigüedad de la mezcla del pasado de un partido nacionalista esplendoroso y el presente difuso que cabalga a lomos del independentismo. El 'modus operandi', a pesar de ese radical cambio de concepto del nacionalismo por el independentismo, sigue siendo el mismo, basado en el control de los resortes de poder.

El PP ha presentado una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado que promueve bonificaciones fiscales del 90% a los particulares, empresas e instituciones que hagan aportaciones al Gran Teatre del Liceu.