Sus componentes son 100% legales, orgánicos y se supone que el efecto se asemeja al subidón de una dosis de MDMA pero sin el riesgo de sufrir un golpe de calor o el demoledor bajón depresivo del día después. Según sus inventores y distribuidores, KATY es la alternativa definitiva para aquellos que busquen acercarse al éxtasis mental y corporal evitando las innumerables desventajas de las drogas de diseño, pero ¿hasta qué punto logran estas pastillas cumplir su promesa?, ¿qué diferencia hay entre este “suplemento alimenticio” y las anfetaminas?