En apenas poco más de una hora se dejó visto para sentencia la instrucción penal más antigua de España, un claro ejemplo de lo que no debe ser la Administración de Justicia, según reconocía el propio fiscal. Doce encausados, entre ellos integrantes del Servicio de Vigilancia Aduanera y el propio exalcalde arousano, estaban llamados a sentarse en el banquillo, pero en estas más de dos décadas transcurridas desde que en 1999 se inició la causa, un tercio de los mismos, concretamente cuatro, han fallecido.