Durante el gobierno de Fox y de su sucesor, Felipe Calderón, México registró una explosión del desarrollo inmobiliario de interés social. Es decir, viviendas para personas de bajos recursos que podían ser adquiridas a crédito, mayoritariamente el gubernamental, del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Sin embargo, después de este boom las viviendas han ido quedando abandonadas a un ritmo medio de 81.000 por año.