Cada tanto en los medios masivos de comunicación circula información acerca de la frecuencia supuestamente óptima de los encuentros sexuales. Esta es una de las inquietudes típicas que a veces incluso lleva a las parejas a la consulta sexológica. En la información que se ofrece suelen presentarse cifras óptimas, deseables, saludables, normales, necesarias?… Estas expresiones pueden resultar perjudiciales ya que para muchos se transforman en mandatos o se toman como parámetros a cumplir, y todo lo que se aleje de los valores sugeridos por el “in