Se ha convertido en una herramienta sostenible, fácil de transportar y, sobre todo, que cumple con su cometido con efectividad. Aunque tiene un gran impacto visual en los senderos y comparte protagonismo con otro clásico, la bañera, reconvertida en abrevadero para animales

"La fealdad pública en España es un secreto a voces, una calamidad universal que nadie nombra, un lento cataclismo que ha ido sucediendo a lo largo de décadas sin que nadie con responsabilidad le pusiera remedio. La fealdad pública ha sido y es un secreto a voces porque quien se atreva a denunciarla corre el peligro de una lapidación inmediata, a cargo no de sus beneficiarios sino muchas veces de sus víctimas." Por si a alguien le salta el muro de pago: ibb.co/sv1Tz3z

El problema es de tal magnitud que la empresa adjudicataria a la que se encomendó su limpieza realizó un estudio recientemente y cifró en 1.600 las «incidencias», que es así cómo en el lenguaje técnico se califican los grafitis. Entre todas, ocupan 268.000 metros cuadrados de paredes, muros, edificios históricos, garajes, contenedores, portales o estatuas.

El locutor de la COPE alude al aspecto físico de la exdiputada de la CUP para comentar su decisión de quedarse en Suiza y no acudir a declarar en el Tribunal SupremoUn columnista de La Razón, Pedro Narváez, ha escrito un artículo con similares términos: dice haber visto a "Anna Gabriel aparecer como en el capítulo final de Betty la fea". "Me parece algo así como una piltrafa", añade

Accion del comando Borraja en Tudela recuperando un espacio ajardinado degradado y convirtiendolo en un huerto ornamental para los vecinos. La accion, realizada por CPAEN (Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra) con la colaboracion del colectivo Helianto, tiene como objetivo promover la agricultura ecologica y el desarrollo de criterios de cercania en la alimentacion.

La Xunta de Galicia considera que las obras que no están rematadas son feísmo arquitectónico, y ahora se ha propuesto acabar con él. Nunca más una casa sin terminar, fachadas sin pintar ni cableados al aire. Su iniciativa prevé costosas multas aunque se antoja realmente complicado legislar qué es bonito y qué es feo.

Pancho, el Galleguito, vino al mundo hace 82 años en su casa de Loureda. «La vaca se puso de parto y mi madre, también. El primer día dormimos todos juntos en la cuadra», recuerda. La infravivienda «do avó» sigue en pie gracias a Pancho, pródigo en ladrillos, que se entenebrece al saber que la Ley del Suelo podría endilgarle hasta 25.000 euros en sucesivas multas si no enluce los muros que lleva pagando de su bolsillo «toda la vida». No existe un registro oficial que dé fe del número de viviendas que, desprovistas de pintura o recebo, afean...