Sus enormes actrices —Carmen Machi, Nathalie Poza, Carolina Yuste— parecen dejarse la piel a tiras. La obra se abre con cifras que nos han valido la siniestra escarapela de “capital europea de la prostitución. En el centro hay dos monólogos enfrentados sin acritud pero con intensidad: Machi es Despentes, escritora a favor de la regulación, que hace desfilar fragmentos de su texto Durmiendo con su enemigo (con frases difíciles de lidiar: “La prostitución ha sido una etapa crucial de reconstrucción después de la violación”).