La Guardia Civil sigue la pista del hombre de los 800 coches y 12 embarcaciones a su nombre en Melilla. Es una de las diferentes piezas que las mafias mueven en su particular tablero del tráfico de drogas y de inmigrantes desde Marruecos hacia Europa. Un negocio demasiado lucrativo que requiere una importante flota de embarcaciones o de automóviles y, a su vez, personas dispuestas a figurar como sus titulares. Piden que el delito de enriquecimiento ilícito abarque también a los particulares, como en este caso, que es un politoxicomano