Con Ferran Adrià, años más tarde, Puig compartiría otra vez fogones, pero en este caso en el restaurante El Bulli, de Roses, donde él declaraba que se había iniciado como cocinero profesional. Y en este capítulo Puig explicaba una de las grandes anécdotas de aprendizaje del oficio: "Los lunes y martes El Bulli estaba cerrado, y el director, Juli Soler, me recogía en Granollers, pero un día el coche se estropeó . Yo pensaba que tenía la coartada perfecta para explicar que había llegado tarde porque iba con el director de El Bulli, pero...