Si le preguntan a un experto en gestión de crisis sobre cómo se lidia con el reparto de culpas durante una, muchos recurrirán a la metáfora del "juego de la culpabilidad"; usando lo de "juego" en su significado académico, nunca lúdico. Conforme se consolida la contención de la crisis y se intuye su resolución, los gestores tienden a buscar un chivo expiatorio a quien castigar o a armar una explicación que reduzca la gravedad de los hechos a un percance organizativo ya subsanado. Se trata de proteger o bien el liderazgo o bien el sistema