Los parques eólicos, la pantalla verde para el negocio del expolio de siempre. Primero, en los años 50 y 60, fueron los valles. Aquellos pantanos que inauguraba Franco, en cuya construcción todavía se emplearon presos políticos como mano de obra. Las aguas embalsadas cubrieron decenas de miles de hectáreas de la tierra más fértil, pagada a precios de desierto, y hasta pueblos enteros. Millares de personas tuvieron que mudarse...