Cuando en mayo del 79 Ceauscescu vino a España todo el mundo le recibió en loor de multitudes. El dictador entregó a Juan Carlos I la ‘Estrella de la República Socialista de Rumanía’. Este buen trato entre España y Rumanía benefició especialmente a empresas españolas que encontraron en el este país una fuente de negocio importante. Enrique ‘Pichirri’ Sarasola, el gran amigo de Felipe González, también tuvo su momento en Rumanía. En el último año del régimen, el curso 88-89, España importó cemento rumano por el valor de 4.500 millones de pesetas

Tras la caída de Ceaucescu entre los Servicios Secretos de los países occidentales comenzó un particular nerviosismo. Todos eran conocedores de la afición de Ceaucescu a grabar en vídeo a políticos que visitaban el país. Se sabía que la Securitate, el servicio de inteligencia rumano, tenía en su poder cintas de alto contenido erótico de varios líderes políticos y grandes empresarios incluidos algunos españoles. El CESID decidió capturar cintas comprometedoras para la seguridad del Estado español, con importantes personajes protagonizándolas.

Los pajilleros de la indignación son “aquellos que cada mañana buscan en las redes con qué indignarse de modo rápido, como quien busca excitación exprés en páginas porno”. Forman parte de un entorno en el que la censura es creciente, solo que ahora la realizan tus pares y los grupos. Esta nueva censura es eficaz porque acaba interiorizándose. Al anticipar una respuesta hostil, genera un efecto de autocensura: mejor callarse que recibir golpes. Y en ese sentido, da igual o no tener razón.

Alexandru Visinescu, de 90 años, asegura que no se arrepiente porque lo único que hacía era 'obedecer' las órdenes del régimen . Fue condenado el pasado mes de julio por estar directamente relacionado con la muerte de 12 presos, pero apeló la sentencia.

“¿Sabe cómo llama mucha gente a Marta Ferrusola en el partido?”, me pregunta un dirigente de Unió de Girona que pide riguroso off the record. “Elena Ceaucescu”. La comparación de Ferrusola con la esposa del temido dictador, la que fue el auténtico poder en la sombra de Rumanía entre 1965 y 1989, no tiene tintes políticos, sino que se refiere a la línea de su influencia moral sobre el presidente de la Generalitat y su carácter excesivamente intervencionista.

El portavoz del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, ha afirmado que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en Bruselas "le llaman el nieto de Ceausescu", porque representa una izquierda que acabó cuando cayó "el muro de Berlín".

Es el primer proceso de estas características desde que cayó el régimen totalitario de Nicolae Ceaucescu, hace 25 años. Los historiadores estiman que más de 100.000 personas, incluyendo profesores, doctores y políticos, murieron en las cárceles rumanas