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Un grupo de expertos, que incluye un ex-alto cargo británico en la Comisión Europea, ha propuesto una solución para el problema de la frontera irlandesa que podría desbloquear las negociaciones del Brexit. La propuesta ha sido recibida con "notable interés", y consiste en mantener la libre circulación entre las dos Irlandas permitiendo una regulación específica a cada lado de la frontera. La clave es considerar delito penal la introducción de productos no permitidos a través de la frontera, evitando un control activo de los bienes importados.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha pedido a la Unión Europea (UE) que prescinda de la salvaguarda irlandesa (o "backstop") tras el Brexit por considerar ese mecanismo "inviable" y "antidemocrático". En la misiva, divulgada anoche, dirigida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el líder tory argumenta que el controvertido mecanismo, diseñado a fin de evitar una frontera física entre las dos Irlandas, podría socavar el proceso de paz en Irlanda del Norte.