Rosa María Turmo ató a su marido a una cama, le asestó más de veinte cuchilladas y le dejó gravemente herido durante horas, sin pedir ayuda. El hombre sobrevivió, pero nunca llegó a recuperarse y la gravedad de las lesiones intestinales que sufrió le provocaron la muerte un año después. En esos doce meses Antonio Ibarz estuvo más tiempo en el hospital que fuera de él.