El 27 de septiembre de 2020 Azerbaiyán, apoyado por Turquía, comenzó un ataque contra la autoproclamada República Independiente de Artsakh. Un mes después, tras innumerables condenas en todo el mundo acerca de las repetidas violaciones de derechos humanos, Azerbaiyán utiliza fósforo blanco para atacar a zonas cercanas a comunidades civiles. Este episodio se suma a una cruel lista de acciones por parte de Azerbaiyán: bombardeos a poblaciones civiles, uso de bombas de racimo, violaciones de alto el fuego por razones humanitarias y ejecuciones.
