Los políticos están normalmente muy alejados de la realidad. Por ello, no es raro ver legislaciones sobre tecnología o Internet que no tienen nada que ver con lo que ocurre en el día a día, y que o no solucionan el problema, o incluso añaden otros nuevos. Ahora, la UE no quiere dejar margen a los errores, y acaba de autoasignarse el poder para bloquear cualquier web que crean conveniente.