Iñaki perdió su mano izquierda trabajando como carnicero y decidió no rendirse. Ahora dirige su propio gimnasio de artes marciales y es un maestro del aikido.
Ocurrió a una cuadra del caso de la semana pasada, cuando un hombre hirió a tres ladrones que intentaron robarle. Esta vez, un instructor de aikido sacó de su casa, en plena madrugada, a un delincuente con su arma de entrenamiento.