La víctima verbalizó su negativa a separarse de su marido, así como a solicitar una orden de protección (alejamiento), e insistió (al igual que la hija) en que no existía riesgo para su vida, sino "grandes desavenencias", y que la denuncia la había formulado para dar un "escarmiento" a su marido.La mujer aseguró que quería seguir viviendo con su marido, no por una dependencia afectiva o económica, sino por su particular forma de entender la vida en matrimonio, de modo que, con toda la información recogida, la jueza no apreció riesgo