Desde el inicio de la década de los 90 y a pesar de producirse varias crisis económicas, el indicador de pobreza extrema se ha ido reduciendo a ritmo de récord. De hecho, en 1990, justo después de la caída del Muro de Berlín, el 34,8% de la población mundial vivía en situación de extrema pobreza -con menos de 1,9 dólares al día-, pero en 2015 esta tasa ya se había reducido hasta el 9,6%. Si se mantiene esta tendencia, está previsto que el indicador se sitúe por debajo del 5% en 2030.