Cuando el Rey Juan Carlos pagó unos 60.000 dólares para matar un elefante en Botsuana, provocó un gran escándalo político. El asesinato de Cecil del León provocó titulares en todo el mundo. Pero a pesar de la indignación mundial, cientos de occidentales acuden cada año a Sudáfrica para matar animales salvajes. En esta película, investigamos la industria del turismo de safari. Por 15.000 euros, se puede disparar a un león. Un rinoceronte cuesta 80.000 euros. A veces incluso se puede elegir el tamaño y el color del animal.

El turismo ha vuelto a África. El segundo 19 es el horror.

Las comunidades indígenas del este de África conviven con la naturaleza en una relación de reciprocidad. Sin embargo, un informe internacional alerta sobre las expulsiones y violaciones de los derechos humanos que sufren los pastores kenianos en las llamadas áreas de conservación

“Mate un león y de regalo le damos una leona”. Así de impactante y repugnante es la oferta de la empresa Mkulu African Hunting Safaris. Una promoción típica de detergentes en el supermercado pero que ahora se trata de animales salvajes. Una barbaridad si se tiene en cuenta que la población de leones africanos ha caído un 40% en los últimos 20 años, según cifras facilitadas por la ONU.

El gobierno de Tanzania está colocando los intereses de las compañías de safaris extranjeras por delante de los de las comunidades de pastoreo de los masai a medida que las tensiones ambientales crecen en los márgenes del parque nacional de Serengeti. Cientos de hogares han sido quemados y decenas de miles de personas expulsadas de esas tierras en Loliondo (distrito de Ngorongoro) en los últimos años, para beneficiar a turistas de alto nivel y una familia real de Medio Oriente, dice el informe del Oakland Institute de California.

Una familia francesa de vacaciones en Holanda se ha escapado por los pelos del parque de safaris Beekse Bergen tras ser perseguida por guepardos. Un vídeo que circula en YouTube muestra cómo la familia salió del coche dos veces, sólo para huir después de que los guepardos se mudaron para matar. Los dos primeros adultos salieron del coche con un niño para ver más de cerca a un grupo de guepardos, para sorpresa de los holandeses en el siguiente coche, que filmaron el incidente.

En el corazón de La Mancha, una finca de 2.200 hectáreas propiedad de Juan Medem ha conquistado a fortunas de medio mundo con sus cacerías y su servicio a lo Downton Abbey

Dos años después de la muerte del león Cecil a manos de un cazador de trofeos,su hijo mayor Xanda, muere a manos de otro cazador.Así lo comunicaron con indignación y tristeza los funcionarios del Parque Nacional de Hwange. Xanda fue asesinado en una cacería organizada por la empresa RC Safaris de Richard Cooke, un cazador profesional de Zimbabue.Sin embargo,detallan que Cooke no fue el tirador. Cooke descubrió que el león muerto tenía collar y se lo devolvió a los investigadores.Xanda tenía más de 6 años "la cacería efectuada es legal" lamentan

Cada año, miles de turistas atraviesan las explanadas de Zimbabue para seguir a los elefantes y cenar bajo las estrellas de la noche africana. Muchos de ellos son guiados por el experto John Stevens, conocido por ser "posiblemente, el mejor guía para descubrir Zimbabue"...

El excontable de Nóos alude a gastos en Washington y Brasil y a un safari en África cargados a Aizoon El excontable del Instituto Nóos Marco Antonio Tejeiro ha detallado los distintos gastos que a nivel personal fueron cargados a la empresa propiedad de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Aizoon, y, entre ellos, ha precisado que fueron imputados a esta mercantil diversos pagos en Washington después de que el matrimonio fijara su residencia a la capital estadounidense, así como un viaje de la pareja y sus hijos a Brasil y un safari en Áfric