Bangkok es uno de los más profundos abismos de pecado del mundo, un lugar prohibido en el que puedes llevar a cabo prácticamente cualquier perversión, acompañada con drogas y bebida. Existe un sinfín de salones de masaje, burdeles y servicios de llamadas para satisfacer la ingente demanda del sector del turismo sexual. Y la pregunta es: ¿cómo puede un emprendedor destacar en un mercado tan saturado?