Las porteadoras, que es como se llama a estas mujeres, se dedican a lo que cínicamente se llama "comercio atípico" en la frontera entre Melilla y Ceuta y Marruecos, el contrabando, que se ha convertido en el primer motor económico de la zona tras el hachís. Habitan en la zona de Tetuán o Nador y tienen entre 35 y 60 años de media, en su mayoría madres cargadas de hijos a los que sacan adelante tras haber sido abandonadas, tras divorciarse de maltratadores o quedar viudas. Pueden transportar en sus espaldas fardos hechos con tela de entre 80