El Ayuntamiento de Cazalilla (Jaén) ha anunciado a través de un comunicado que este año se lanzarán animales de peluche desde el balcón del Consistorio para festejar el patrón local, San Blas. Se trata de una "alternativa" a la tradición de lanzar la pava desde el campanario de la Iglesia y que, a causa de la Ley 11/2003 del 24 de noviembre de Protección Animal de la Junta de Andalucía, tienen prohibido realizar.

Este rito, con 175 años de historia a sus espaldas y la creencia de que quien se apoderase de la pava gozaría de suerte y fortuna, ha sido fuertemente criticado por los colectivos ecologistas, que lo han denunciado año tras año por el sufrimiento al que se somete a la pava. El punto de inflexión del conflicto aconteció en 2016, cuando el Obispado ordenó el cierre de las puertas del campanario de la iglesia después de que el vicario de la Diócesis, indicara que la pava no volvería a ser lanzada desde la torre de la parroquia.

Ante la imposibilidad de arrojar la pava desde el campanario de la iglesia de la localidad de Cazalilla (Jaén) debido a la intensa campaña que ha desarrollado el PACMA para impedir este ilegal festejo, algunos de los vecinos se han tenido que conformar con pasear dos pavas por las calles de la población, algo que desde el PACMA nos parece del todo fuera de lugar debido al estrés y trato anti natural al que han sometido a los animal. Relacionada: www.meneame.net/story/victoria-animalista-cazalilla-jaen-pava-no-lanza

Finalmente ha sido paseada por las calles de la localidad jienense. La parroquia Santa María de la Magdalena no abrió sus puertas este miércoles. El lanzamiento de la pava desde el campanario es una tradición del siglo XIX.

La localidad jiennense acaba con una tradición centenaria y la pava no se ha lanzado viva esta vez desde el campanario de la iglesia.

El Juzgado de Instrucción número 3 de Jaén ha rechazado la imposición de medidas cautelares solicitadas por el Partido Animalista contra el Maltrato Animal (Pacma) para evitar el ‘lanzamiento de la pava’ desde el campanario de Cazalilla (Jaén) por entender que el animal “no sufre daño alguno” cuando es arrojado desde el campanario a la multitud.

Un año más se ha repetido la tradición y una pava ha sido arrojada desde lo alto del campanario. El acto ha estado rodeado de enfrentamientos entre defensores de esta tradición y defensores de los animales.

El alcalde de Cazalilla (Jaén) defiende la polémica tradición, prohibida en 2002. Pese a ser ilegal, los vecinos arrojan cada año al animal y pagan los 2.000 euros de multa a escote.

La Consejería de Agricultura, pesca y Medioambiente inicia el procedimiento para sancionarlas después de que siguieran adelante con esta tradición. Fueron denunciadas por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales el pasado 3 de febrero por estar "prohibido".