La inminente llegada de la computación cuántica amenaza con destruir los métodos tradicionales de cifrado. Por ello, varios grupos trabajan en nuevos enfoques poscuánticos capaces de resistir a estas máquinas. En 2016 el NIST lanzó una competición para desarrollar nuevos estándares criptográficos más resistentes a la computación cuántica. Los ganadores se anunciarán en 2022, pero la organización comunicó que había reducido el grupo inicial. La mayoría está utilizando el mismo enfoque para la "criptografía poscuántica": la criptografía reticular