Despúes de una breve y incluso cordial discusión con la conserge del edificio donde he ido ha hacer clases este mes. Esta mañana la joven murciana que ha logrado trabajo en el sud de Valencia me sorprende con esta joya encima del mostrador. Asegura que no quiere aprender valenciano y que no entiende como hay gente que aún le habla en valenciano sabiendo que ella no sabe. Las reflexiones que podría hacerle son muchas, pero al final me quedo que me ha perturbado esta linda mañana. Me ha provocado un disgusto innecesario... sigo traducción en
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