«Es la persona que más feliz me ha hecho en la vida». Así de entusiasmado se muestra el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, hablando sobre Ronald Koeman en una conversación privada que se ha filtrado a los medios esta tarde. «Ha hecho más por el club que ningún otro entrenador», se le oye aseverar. También echa de menos a "Nobita".

Tras la derrota ante el Rayo, la directiva azulgrana decide prescindir del entrenador neerlandés

La reacción de un grupo de aficionados contra Ronald Koeman tras perder el Clásico contra el Real Madrid fue una de las imágenes más preocupantes, en términos de seguridad, que dejó el partido del Camp Nou. El entrenador culé, su esposa y uno de sus hijos iban en el coche que golpearon, escupieron y patearon unos hinchas que mostraron así su descontento con el juego del Barcelona y la deriva que lleva el equipo.

Mientras el club blaugrana ha perdido a su referente Leo Messi por no poder cumplir con las expectativas de salario, sus fichajes han sido a coste 0 porque no pueden pagar y sus capitanes (con Gerard Piqué a la cabeza) se tienen que bajar el sueldo, el Real Madrid está dispuesto a pagar 180 millones por un futbolista que queda libre (y por tanto, gratis) en enero.

El estrés ha pasado factura a la salud de Ronald Koeman, que tuvo que acudir al hospital tras sufrir un ataque de ansiedad. Según informó Fox Sports, el entrenador neerlandés empezó a sentirse mal después de varios días entre reuniones, sobre todo por su futuro.

La escapada de Marcelo a Valencia está focalizando las críticas masivas, especialmente desde la política. El alcalde de la ciudad del Turia, el socialista Joan Ribó, utilizó la infracción del jugador del Real Madrid para, de paso, atacar a Isabel Díaz Ayuso. Marcelo no ha sido, ni mucho menos, el único futbolista que se ha saltado el cierre perimetral al que están sometidas las comunidades autónomas. Irónicamente, uno de los casos que han saltado en las últimas horas es el de un jugador del Valencia, Gonçalo Guedes.

El candidato para revalidar la alcaldía de Barcelona, el socialista Pasqual Maragall, vio cómo se le acabó el efecto de ‘alcalde olimpiada’ varios años después de los Juegos de 1992 y tiró de un mito barcelonista como reclamo electoral. Llegó a mantener una reunión con el jugador holandés para expresarle su deseo de que integrara los últimos puestos de la lista del PSC al ayuntamiento de Barcelona para aparecer así en alguna foto y en algún acto de campaña.