Una cumbre de la Unión Europea celebrada en Berlín, cuyo propósito era plantear reformas como la estructura de comisarios, la capacidad de acción de la Unión y la posibilidad de permitir que los países candidatos que aún no son miembros puedan participar en las reuniones como observadores, ha acabado en polémica cuando el ministro de Asuntos Exteriores y Europeos de Croacia, Gordan Grlić-Radman, ha intentado besar sin consentimiento en los labios a la ministra de Exteriores de Alemania y organizadora de la cumbre, Annalena Baerbock.