«Todo ocurrió cuando fui a renovar el DNI a mediados de los noventa, y me asignaron el mismo número que al ciudadano de Vigo, ahí empezó mi suplicio», aclara Pedro. «Lo tengo que decir así, pero el error fue de la Policía». Para salvar la casa tuvo que contratar un abogado y llevar su DNI ante notario con un anexo con su número verdadero. Un vigués fallecido con su mismo nombre, apellidos y DNI provoca serios equívocos de la Administración con este vecino de Betanzos.