La primera vez que supe del término «yihad» fue en Dune (Frank Herbert,1965). Esta palabra no se pronuncia nunca en Dune: Parte 2 (Denis Villeneuve, 2024). Aquel volumen trataba muchos temas que influyeron mi forma de ver el mundo: la preocupación por la ecología, el uso instrumental de la religión o la denuncia del colonialismo voraz. Su complejidad la hacía «inadaptable» a la pantalla, como bien saben Jodorowsky o Lynch. Esto no ha arredrado a Villeneuve, quien tras el éxito de la primera parte, ha completado su instanciación de la obra.

Denis Villeneuve regresa a Arrakis con una secuela más ágil y ambiciosa, que refuerza la acción y su contundencia pero no puede evitar caer en el tedio en algún momento

En la comisión del Senado francés Erwan Le Prévost,director de Asuntos Institucionales de la Federación Francesa reveló que las imágenes de las cámaras de vigilancia fueron automáticamente destruidas al transcurrir una semana. Esto enervó al alcalde de Liverpool que participó como testigo "Es un shock. Es la primera vez que oigo que han sido destruidas. Es preocupante. Realmente no puedo entender por qué, un evento tan importante, y necesitas saber qué pasó. Es importante recopilar las pruebas. Muestra muy claramente que hay un problema" abundó

Ya lo dijo Thierry Henry en una televisión inglesa. "Ojo, que Saint-Denis no es París". En Francia no gustó la frase, pero los hechos han demostrado que la advertencia del exfutbolista francés, a propósito del lugar elegido para la celebración de la final de la Champions League, tenía todo el sentido.

Thierry Henry (exjugador francés y actual comentarista en TV) nació en Les Ulis, a 20 km del centro de París. "Técnicamente hay que tener cuidado: el estadio está en Saint-Denis, no en París. Está muy cerca pero créeme, no quieres estar en Saint-Denis. No es lo mismo que París. Créeme" Relacionada: Y después de la final de París, llegó el infierno: "Eran ejércitos de atracadores a la caza de los aficionados"

El futbol se ha convertido, a su pesar, en protagonista de esta guerra. Los hinchas comandan batallones de defensa y el legendario líder de los ultras del Dínamo de Kiev, Denis Projipenko, ha liderado durante 86 días la resistencia en Mariupol. Con el fútbol parado, Zelenski no dudó en reclutar soldados en las hinchadas de los clubes de fútbol, de corte hooligan y neonazi, ahora convertidos en “combatientes de la libertad”.