Dios creó a Eva no de una costilla, sino de otro tipo de hueso que no presentan los descendientes de Adán. Se trata del báculo (o hueso peneano), opina el lingüista estadounidense Ziony Zevit. Zevit, especialista en antiguas lenguas semíticas, cree que la palabra 'costilla' en las traducciones canónicas del libro del Génesis no refleja exactamente la fuente original en el hebreo. Según él, sería más correcto atribuir la palabra que se encontraba en la fuente original al hueso que la ciencia moderna conoce como báculo.