Ayer se celebraba a Esparreguera una nueva Asamblea Nacional de la CUP, la organización que hasta hoy era la garantía de una mayoría independentista al parlamento de Cataluña. El que pasó ayer a Esparreguera es la constatación de dos hechos. 1) Que el asemblearismo puede pervertirse y 2) que esto a la CUP le supone serios problemas estratégicos y comunicativos.