Lo interesante es que del chitosán se extrae grafeno de muy buena calidad “casi en formato monocapa”, tal como nos informó Ricardo Delgado hace ya un tiempo [4]. Es fácil entender que si están introduciendo grafeno en los cuerpos humanos a través de las vacunas –y sabe Dios por cuantas vías más—, la comercialización de estos bichos como alimento, cuyos caparazones tienen un alto contenido en grafeno, está más que justificada, bajo el subterfugio del impacto ambiental. Obtendrán grafeno de gran calidad, a bajo coste y de manera continuada