La princesa de Disney que adora Vox es Cenicienta, o lo que es lo mismo, una mujer sumisa, con voz dulce y maneras gráciles. Aquella que lava y cocina sin decir nunca, por ejemplo: "no me apetece una mierda". Aquella que encaja a la perfección en los cánones de belleza patriarcales, y que sólo puede salir de un estado de tiranía gracias a un hombre guapo, rico y con poder, que se encapricha de ella.